Llevo muchos años viviendo en Manizales, aquí estudié mi carrera y formé mi hogar.

A veces pienso en mis años iniciales en esta ciudad y cómo sufrí con el cambio tan brusco de pasar de vivir en Buenaventura y pasar a Manizales, y creo que lo que me dio duro no fue el cambio de clima y ciudad, sino la falta que me hacía mi casa, mi madre, mi entorno, mis amigas y, por supuesto, mi padre. Nunca había vivido por fuera y por ende sola.

Durante un tiempo pensé que mi padre me había hecho un mal favor mandándome a estudiar a Manizales, mas hoy en día entiendo por qué lo hizo. Recuerdo que me decía que Buenaventura necesitaba de economistas y por eso era importante que me formara académicamente. Él sabía que el estudio era mas ordenado y de mejor calidad en esa ciudad.

Nunca le pregunté, por qué le gustaba Manizales. ¿Era por el café que pasaba por el puerto donde él trabajaba? Nunca supe por qué había escogido a Manizales, y el hecho de que mi hermano mayor ya estudiaba acá, solo acentúa.

su preferencia por la capital de Caldas. Dudo de que él hubiera estado acá antes de mandarnos a sus hijos a estudiar tan lejos.

Pienso que él hizo uso de un derecho antes de ser pregonado y exigido, y practicó un tipo de inclusión: él quería una educación de calidad para sus hijos y simplemente escogió y lo hizo.  Cero miedos, cero timideces. Se comportó como un ciudadano consciente de sus posibilidades.

Recuerdo que tenía ideas encontradas acera de la ciudad donde iba a vivir por cinco años: Sabía de la fama de ciudad culta y universitaria que tenía Manizales y la idea de enfrentarme a una sociedad que no gustaba de los negros. Creo que ambas ideas fueron erradas y no me ayudaron a entender el entorno, pero como miedos son pegajosas y malas compañías.

Fue un aprendizaje sin orden el que hice y creo que empleé energías en temas tontos.

Pienso que nosotras, las mujeres negras, podemos sacar mucho más provecho de nuestra estadía en Manizales si nos dan ciertas claves, porque es una ciudad maravillosa. Las posibilidades que ofrece, en todo sentido, son enormes, pero también hay rutas que no debemos tomar.

Para dar unos consejos sé que debo tener en cuenta que han pasado muchos años y que todo ha cambiado, mas creo que hay situaciones que no cambian y mucho menos se desvanecen.