Los días señalados por ley para resaltar algo tienen sus ventajas, porque centran la atención en algo, hacen que la gente enfoque sus pensamientos en un tema específico y adquieran conciencia. Es probable que nos estemos saturando de tantos días especiales y no seamos capaces de pensar en el día mundial de tantos asuntos, pero esta fecha de la afrocolombianidad me gusta y me inspira.

Le doy rienda suelta a mis pensamientos y me gusta imaginar una Colombia donde los negros seamos indispensables; que superemos discriminaciones y demos un giro de 180° y que, a nosotros los negros, nos busquen, nos necesiten. Pienso en eso y se me ocurre que para lograr esa meta nos debemos prepara intelectualmente, pero especialmente en lo moral. Sin crecimiento humano, no hay desarrollo verdadero. Debemos capacitarnos en todos los temas y es urgente arreglar muchos conflictos y traumas que llevamos hacia el interior de nosotros mismos como grupo y como personas.

Me gustaría ver que como grupo humano nos pusiéramos una meta y nos empeñásemos en lograrla, que nos preparemos como un atleta olímpico que se prepara todos los días haciendo grandes sacrificios para ser campeón; que hace ejercicios por horas y no desiste a pesar de estar cansado; que a cada momento se mentaliza en triunfar. Que se cuida, evita excesos y se alimenta de una forma especial, esto en función de sacar a flote todo su potencial. Bello sería ser partícipe de un movimiento así y ver cómo muchos negros se comprometían en esta tarea y dejar boquiabierta a Colombia, y por el otro lado saber que sostenemos en manos propias nuestro destino, que superamos el afán de salir de discriminados y pobres y nos convertimos en el eje de nuestro desarrollo, el cual se medirá, no en pesos, sino en felicidad adquirida.

Sueño con que nos busquen, porque somos buenos, no porque ostentemos un poder político y obligadamente la gente tenga que venir a nosotros. Quiero que nos prefieran por capaces, honestos, fuertes, preparados, por justos y por solidarios. Sueño con que alguien tenga un problema y solo se le ocurra llamar a un negro para que le ayude a salir del lio o incertidumbre en que se halla.

Me dirán muchos que ya hemos logrado mucha visibilidad y participación, que un equipo de fútbol sin jugadores negros no sería capaz de ganar; que la música no sería lo mismo sin nosotros; que las pasarelas sin las bellezas negras no brillarían como lo hacen cuando nosotras desfilamos; que en política estamos representados. Todo eso es cierto y solo comprueba mi anhelo: somos capaces, pero no nos lo hemos propuesto como grupo, sobresalimos sí, pero solo como individuos. Digo: sobresalen los más fuertes y las más bellas, pero la gente nuestra que no tiene esos dotes ¿dónde queda?

Anhelo que seamos la sal de esta nación, que nosotros los negros, seamos indispensables.