Buenaventura, tan afligida en estos últimos años, no deja de ser una potencia cultural donde se da cita la creatividad de todo el Pacífico. Asociar a Buenaventura con currulao y folclor es correcto, también hay poesía como la de Mary Grueso, o el trabajo de Eyren Korath que, sumando todo, da una perspectiva cultural bastante viva y fuerte.

A esta lista incompleta se le deben sumar voces nuevas como la de Diana Ruiz, que canta Rap, bajo el nombre artístico y sonoro de Nahia.

Ella captó la atención de alrededor de 1.000.000 de interesados con su canción „Alberto“ en el año 2021, cuya letra es como una especie de manifiesto de cómo ella asume el RAP. Ese impulso no fue en vano porque fue aprovechado produciendo otros videos como „Gatillos girando“ que perfilan a una artista de peso que se nutre reflejando su entorno. El típico esquema del rapero ha evolucionado en manos de esta joven mujer dando frutos sazonados.

En „Gatillos girando“, que trata de la violencia en Buenaventura, ella muy claro desemascará a esa guerra sin sentido con argumentos precisos y directos. Señala ella que ese enfrentamiento es una farsa donde los jóvenes mueren satisfaciendo interéses ajenos creyendo que están solventando sus vidas. Llama la atención el tono honesto y directo de la letra que dista de ser populista porque trasluce una sincera preocupación de esta mujer por su generación.

La canción es muy bien concebida, ella pasa de Rap a folclor retomando un bunde, el de San Antonio ya se va, al cual ella le va cambiando la letra en la medida que el argumento contra la violencia se condensa. Juega Nahia con la intensidad logrando una tensión que atrapa al atento observador y escucha, el cual de alguna manera concluye que Diana interiorizó muy bien las enseñanzas Lauryn Hill.

La realización del video es impecable, mostrando que sin aparatosos montajes y estridentes efectos se pueden hacer cosas buenas que, definitivamente, vale áas el contenido que la forma.

En este trabajo se puede decir que Diana Nahia supo fusionar dos mundos: el Rap y lo autóctono, de los cuales es cierto decir que distan mucho y solo artistas con una gran sensiblidad logran ubicar las esencias y crear algo nuevo.

A Buenaventura como puerto, llegó seguramente el Rap de primero y de mano de tantos inmigrantes que buscaron mejor futuro en los Estados Unidos, y una vez de regreso a su tierra natal, después de trabajar duro por años, llamaban la atención de sus paisanos con las camisetas grandes que se ponían, ojalá con los nombres de un equipo de basquetbol estampado, las sudaderas de 2 o 3 tallas más grandes con vistosos collares, las respectivas zapatillas y la emblemática cachucha de beisbolista o gorra.

Pero al lado de esa vestimenta, característica de cada movimiento cultural, había un mensaje social que resaltaba la lucha contra un tema que es común denominador entre la gente negra en América: el racismo.

 

Para Diana, hija de Buenaventura, el Rap no es una moda captada de paso al escuchar radio o yendo a fiestas en ciertos barrios: ella tuvo un aprendizaje intenso en su niñez a través de su hermano mayor. Él le tradujo letras, le refirió más artistas y le comentaba las vidas dramáticas de protagonistas como Tupac Shacur, y le decía que era el gangster rap que profesaban los Boyz n da Hood. Al ahondar en los detonantes de ese movimiento salieron a luz nombres como Malcon X y el de Angela Davis, cuyos textos se compartían y discutían y que Diana empleó eleborando las bases de su propia cosmovisión.

El Rap es un universo musical que no solo es música, sino se apoya en la poesía y también hace énfasis en lo político compactando la voz de la juventud de la población negra norteamericana que sigue luchando por su derecho a ser ciudadanos plenos. Como todo movimiento cultural, el Rap es una actitud ante la vida que se apropia, incluisive, del leguaje dejando honda huella en él.

Todos esos laberintos del Rap, Diana los recorrió ajustando un punto de vista político muy definido y supo dejarse embelecer de su poesía. Ese recorrido que a la vez es un crecimiento, lo hizo de mano de una fuerte sensiblidad alimentada por unos ojos muy atentos. Ella oye, analiza y desecha lo que no cabe en su ideario que sorprende por lo pragmático, muy acorde a su signo astral que es Cancer. Combina Diana análisis e intuición de una forma seductor que hace muy fácil que la gente se identifique con lo que ella plantea.

Cuando ella afirma que es una artista integral en proceso de dar con la presencia plena, nadie, a pesar de lo joven, duda.

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Pedro Felipe Hoyos Körbe