El mes pasado la Red de Bibliotecas de Caldas invitó a Mary Grueso a Manizales para promocionar las bibliotecas, espacios subutilzados por nuestro sistema educativo. Siempre me da mucho gusto saludar a esta bella mujer.
Para mí, Mary Grueso es una representante de un tipo de mujer negra que se está extinguiendo. Me recuerda a mi madre y su forma afable de tratar a la gente y a mi padre y su cortesía.
Anticuada no es la palabra, porque sus gestos confiados y afables nunca dejarán de tener vigencia. Saludar a Mary es charlar porque ella siempre tiene tema y siempre tiene el gracejo que hace reír. Sus ojos pícaros y la inflexión de la voz para acentuar lo dicho, los sabe emplear de maravilla, su cara toda está en función de lo que sus labios profesan o ¿tal vez los que hablan son los ojos chiquitos y más negros de lo usual? A Mary le gusta reír, reir para ella es comunicar.
Mary Grueso es una gran personalidad, y lo digo por la manera que maneja los temas; así como hace un chiste; cuenta anécdotas de su infancia en Guapi para ejemplificar una moraleja, expresa su opinión que nunca es agresiva. Da gusto oír a esta dama y da gusto ver a esta gran señora.
Mi Mary Grueso no se calla nada y toca todos los temas compartiendo con sus interlocutoras una vasta y muy pragmática experiencia, parece ella una reliquia de un mundo más sano. Me gusta el orgullo afro de esta mujer por lo profundo y discreto, cada poro de ella transpira fuerza y amor por su gente y su terruño, nuestro Pacífico. Con Mary no hacen falta consignas estridentes y sabemos que la labor va muy adelantada.
La conocí hace muchos años, cuando aún no era una celebridad como lo es hoy, y me complace que el exito no se le ha subió a la cabeza y mucho menos pudo radicarse en su corazón. Cuando se habla con ella, se lleva una la sensación de haber hablado con un ser excepcional, único e imensamente rico.
Clara Inés