Es difícil clasificar lo que hace esta profesora de Jamundí, municipio vallecaucano que lentamente es absorbido por la sobrepoblada capital de ese departamento. A pesar de todo esto, Jamundí tiene una parte rural importante donde la agricultura es el eje económico y es ese el espacio donde Zandra Patricia fructíferamente interviene.

Si se trata de definir lo que adelanta la profesora Zandra como actividad, eso es cierto porque ella es una mujer que, al parecer, no necesita descanso. Si se emplea el término de emprendimiento, ella no es una mujer que albergue miedos que no la dejen avanzar; si hablamos de empresa, ella es una excelente organizadora y si mencionamos vocación, ella es una mujer profundamente convencida de lo que hace. Así que es más fácil, para comprender a esta mujer, mirar lo que hace para encontrar una acertada respuesta.

El logo de lo que ella hace reza: “África Fashion, formación y modelaje”. Es admirable como en una frase comercial Zandra Patricia plasma toda una filosofía, resultado de una clara mirada a su entorno; análisis hecho con el corazón y con pragmatismo.

Una niña en su academia aprende a caminar en una pasarela, solo que las pasarelas de Zandra son la vida. Así que la preparación que usa Zandra es mucho más amplia que la tradicional que solo se centra en modelos sexistas y comerciales del modelaje. Para Zandra cada niña que se afilia a su agencia es una princesa en proceso de convertirse en reina, sin fijarse si es delgada, bizca o tenga el pelo largo o corto. Zandra quiere aportar a la formación de esas niñas como seres humanos, especialmente como mujeres. Zandra a sus pupilas las sumerge en su tradición y les abre los ojos para comprender su origen. Ella les muestra los bailes ancestrales; les enseña la cocina afro típica de la región y las capacita en historia y oralidad.

En esta interesante agencia de modelaje se le inculca a las jóvenes valores, haciendo de ellas mujeres aptas para ejercer un liderazgo en el futuro. Sabe Zandra que el “mercado” que quiere surtir con su agencia es la vida y no glamurosas agencias internacionales de modelaje, y es por eso que este esfuerzo es tan llamativo, digno de imitar y de apoyar.

Las niñas de Zandra no pretenden vender ilusiones comerciales, sino recordarán a sus atentas observadoras que se vive más fácil con honestidad, entrega, amor y comprensión. Estas niñas quedarán preparadas para actuar en la realidad y tendrán la fuerza y la disposición para transformarla.

De la mano de Zandra, las jóvenes niñas suben al escenario y caminan con una autoestima alta sintiéndose fuertes, bellas y orgullosas. Las miradas escrutadoras de los observadores en el evento seran las mismas con las cuales estas jóvenes se van a encontrar en la vida.

Asombra cómo Zandra convierte algo tan trivial pero atractivo a las nuevas generaciones, como lo es el modelaje, en escuela de valores donde es difícil ver el lindero entre juego y aprendizaje. En las pasarelas de Zandra desfilan jóvenes y bellos seres humanos, conscientes de que tienen un papel importante que ejercer en sus vidas, porque aprendieron a fortalecer su cuerpo el cual es el albergue del alma.

AMAICA