24 veces suman 2 años
Por vez veinticuatro me pongo en la tarea de concebir esta revista. Para mí es un momento de honda emoción. Llevo dos años creciendo como mujer negra por medio de ser una articuladora dentro de nuestra comunidad. He sentido el afán y la libertad de expresar mis ideas y con ellas aportar al bienestar del país.
Me acuerdo cuando empecé en plena pandemia a ubicar una tarea alternativa para mi recién fundada ONG AMAICA. Sacar una revista digital era, tal vez, la única ruta a seguir porque no se podía poner un pie en la calle y menos reunir personas para analizar la situación. Mis amigas Yuly, Patricia y Emir fácilmente las convencí en arriesgar esta aventura. Sinceramente, ese día, no vislumbré que esa ruta llegaría a 24 estaciones.
Quiero agradecer a todas las mujeres que me han permitido visibilizarlas en la revista y así darle a este esfuerzo editorial un norte y una base. El emprendimiento, en cualquier terreno, es un recurso que por mucho tiempo será un buen método para acercarnos a nuestras metas de una vida plena donde prime la justicia y la equidad y podamos ser mujeres y madres felices.
A Lorena Delgado le debo un especial agradecimiento porque no dudó un instante en poner su conocimiento y experiencia al servicio de la revista. Su Diccionario Gastronómico del Pacífico es fruto de su dedicación al tema tan caro a todos nuestros afectos. Cada mes, a pesar de estar muy a tareada de trabajo, ya sea fuera o en el país, nunca dejó pasar una fecha y tuvo a las lectoras de AMAICA bien apertrechadas. Su mirada especial a algo tan cotidiano como lo es la comida, resaltan ese valor que constituye la gastronomía en nuestra cultura. Espero que este esfuerzo se convierta en un libro próximamente.
También quiero expresar mi admiración y gracias a Ángela Botero Restrepo que se unió a este equipo y ha enriquecido a AMAICA con sus crónicas sobre el mundo wayuu. Sus excelentes fotos ilustrarán sus textos y asumiendo el refrán que una imagen vale por mil palabras, estas crónicas se constituyeron en un puente que las lectoras, cada mes, cruzaban para ir a espacios muy distantes y poder conocer a fondo la vida de mujeres de otra etnia que igualmente que nosotras las mujeres negras conformamos a Colombia.
A la editorial hoyos editores quiero igualmente dar las gracias por la orientación y asistencia en el campo editorial. Siempre pude contar con un buen consejo y sobre todo tuve acceso a ese gran banco de imágenes que le dieron un color único a este trabajo.
Cómo no incluir en esta lista a la diagramadora Marcela Castañeda Quintero. A ella le doy gracias por convertir los borradores que le pasaba en alegres y bellas páginas que le dieron a AMAICA, mujer negra hoy un aire de soberanía y empoderamiento. Su diseño permitió que AMAICA fuese reconocida y leída en cualquier espacio sin defraudar a las pupilas más exigentes y críticas.
Durante estos 24 meses aportaron hombres a esta revista, a ellos mis gracias también. Para mí crear guetos excluyentes no son manera de entablar una comunicación, sus aportes marcaron esa diferencia.
Me siento muy comprometida con mis lectoras, a ellas que fueron mi desafío y afán, mil gracias. Estos dos años han sido un continuo aprender explorando terrenos desconocidos para mí. Gracias, muchas y emocionantes gracias a cada una de mis lectoras.
Después de dos años y 24 ediciones de AMAICA esto suma alrededor de 1.700 páginas, páginas donde usé toda la fuerza de la palabra y la imagen para hacernos ver y no dudo en haber acertado.
Queda continuar y ser útil en el propósito de hacernos más fuertes.